L.Q.V.B. Historias
Lo Que Vine a Buscar
PLAYER
Objetivamente
Lo Que Vine a Buscar, ya no en tanto título del álbum sino canción en particular, es el abanderado.
Lleva el estandarte y compele a los demás a seguirlo; marcando el camino, apunta en dirección al objetivo.
Define el carácter y el tono del disco.
Resume el significado de todo lo que se oye al reproducirlo completo.
Son estas las razones para ubicarlo en primer lugar además de tomar prestado su nombre para el nombre del disco.
Si fuera una pieza de Ajedrez sería el Peón en e.4 para la apertura.
Decidiendo la estrategia global. Abriendo el camino para los demás.
Instándolos a acompañar.
Liderando el movimiento.
Subjetivamente
Esta canción tiene un anclaje muy profundo en mí.
Nació como una secuencia de acordes mayores sin muchas pretensiones allá por el 2009, pero resultó sorprendente cuando comencé a notar que los sonidos residuales de los cambios de acordes formaban, a su vez, una melodía paralela.
Ésta aportaba un nuevo nivel musical, una capa más, a la secuencia natural de los cambios.
Se desprendía naturalmente de la raíz y, cuanto más fluidamente tocaba los acordes, más claramente se distinguía de ellos.
Es importante entrar en cuenta, máxime en estos tiempos de inteligencias artificiales y big data, que lo mejor que los humanos tenemos es la incapacidad de alcanzar la perfección.
Esa es nuestra gran fortaleza.
Suena extraño, sí. Intentaré explicarme.
Creo firmemente que la naturaleza, el universo, premia eso mismo. Siempre y cuando uno sepa reclamar el premio escondido en la imperfección: ahí es donde yace nuestra responsabilidad de acción como artistas.
Siguiendo el análisis, cabe preguntarse por qué la perfección no es perfecta al oído o no resulta tan creativa.
Bien. Si la seguidilla de acordes mayores del principio fuera programada en una “máquina de hacer música”, reproduciría exactamente esos acordes, uno detrás del otro.
Inclusive podría afectarse digitalmente la unión entre ellos para que sonara de tal o cual manera. En todos los casos, el resultado sonaría prístino al oído, excepto programado para lo opuesto, desde ya.
Ahora bien, una persona con un instrumento musical, por mejor y más afinado que este pueda ser y estar, siempre va a dejar rastros de su humanidad en los enlaces entre acordes.
De la “suciedad” en los cambios de acordes – y por pura chance, claro – de repente se escuchaban dos melodías simultáneas, diferentes pero complementarias.
De manera muy agradable al oído, los acordes sonaban dando su vuelta y, al mismo tiempo, era imposible no oír la segunda melodía, la surgida de cuerdas no muteadas por completo por la velocidad de los cambios, de las vibraciones no acalladas totalmente que tomaban un lugar relativo que hacía que su valor absoluto – con frecuencia desterrado apenas detectado – se viera resignificado por completo; pasando a formar parte de una nueva cosa, desprendida naturalmente de lo buscado y encontrado. Como una yapa natural.
Creo que los que nos dedicamos a hacer canciones tenemos un compromiso con lo que nos asombra. Con lo que creemos que no debemos dejar que se diluya. Como una planta, cuando una melodía quiere surgir en la mente, es nuestra responsabilidad nutrirla.
No es tan fácil como suena, de todos modos. Al menos a mí no me ha resultado simple.
Todo lo relatado fue más que suficiente para que se volviera usual tocar la secuencia de acordes. La melodía de voz devino de esa práctica.
La letra es otro cantar. No pun intended.
Nunca sé bien de dónde vienen las melodías.
Es un misterio hermoso del cual nunca me aburriré. Tampoco dejaré de asombrarme al respecto; creo que es requisito mantener viva la llama del asombro para que siga existiendo la magia de la creación pura, sin más objetivo que la catarsis inconsciente. La sublimación de cosas que uno a veces ni sabe que tiene adentro en nuevos elementos exteriores. Luego puede ser utilizado para generar pero no me cierra la idea de crear con ese objetivo por delante de lo natural.
Si creo es porque no lo puedo evitar.
Y ambos verbos, crear y creer, pueden utilizarse para interpretar la oración inmediata anterior.
La letra es muy cara para mí. Muchos pasajes hablan de mi familia y de algunas prácticas tales como “cenar a cierta hora” o el “no haber visto señales a tiempo”.
La psicología se entrelaza con la realidad y, cuando uno se permite descubrirse como masilla moldeable ante los continuos embates de la realidad, todo es más fácil de ver, distinguir y analizar.
“Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros” (Jean Paul Sartre)
Esa es una gran frase. Llena de verdad y con tantos niveles que es difícil ver sus límites. Lo que me interesa de la misma es el primer verbo hacer. El que depende de uno.
El otro está fuera de nuestro alcance porque sucede mientras aún “no somos”.
El segundo verbo hacer es el que prepara – o arruina – la sustancia que el primero luego moldea.
Si el resultado es aún “moldeable”. El tema es que parece haber una compulsión de parte de los adultos hacia el moldeo de los más jóvenes cuando aún no son moldeables.
Será en pos del control (te moldeo a mi imagen y semejanza para que seas más manejable para mí respecto de cómo yo creo que es el mundo)?
Puede ser, más que probablemente.
Yo creo que cada humano nace con su manera de hacer todas y cada una de las cosas que hacemos los humanos ya programada internamente. Solo hay que nutrir y hacer crecer a esa persona con la mayor cantidad de posibilidades.
Hay que mostrarle que hay ramificaciones. No decirle cuál es la correcta para uno.
La libertad es lo puesto al miedo. Las posibilidades son lo contrario a la muerte.
Porque una vida sin posibilidades es más parecida a la muerte que una enfermedad.
No puede uno expandirse cuando lo quieren tener apretado. Lo aprendí a la fuerza.
Quizá por aquello, durante tantos años le di vueltas y más vueltas en mi cabeza a situaciones vividas durante mi niñez y temprana adolescencia.
De más está decir que nadie puede cambiar lo sucedido en el pasado. Sin embargo, es posible cambiar la manera de entender lo que pasó a medida que los años van pasando. Morigerar la afectación. Entender la situación. Quizá poner en juego que las personas que hicieron de nosotros lo que somos estuvieron sujetos al mismo proceso previamente.
Afortunadamente, puedo decir sin falsa humildad que ha habido una evolución en mi manera de abordar y comprender mi pasado.
Luego de darme la cabeza contra la pared durante años esperando que gente con ascendencia sobre mí tuviera a bien notar dicha evolución, finalmente pude comprender y significar de otras maneras mucho de lo ocurrido.
Hay gente que no puede ubicarse en otro lugar porque, directamente, no tiene la capacidad para hacerlo.
“… no me culpes más a mí, si no supiste ver señales a tiempo… “
Y eso hay que entenderlo para liberarse a uno mismo de los efectos de tal falta.
Lo Que Vine a Buscar es lo que siempre supe que había detrás de todo eso.
Y es, simplemente, ESTO.
“ … siempre buscando Libertad…”
Conseguir, a fuerza de esfuerzo y enfoque, ocupar un lugar que siempre supe que era para mí.
A no confundir, no hablo de visibilidad. Mucho menos de fama.
De lo que sí hablo es de concreción.
Crear desde la nada y encontrar las maneras de llevar todo a la realidad.
Realizar.
“… no es que vos seas tan genial, es que tu límite está muy acá…”
Existen algunas líneas en la letra que, dado que este es un disco Apto para Todo Público, me gustaría aclarar en pos de evitar malos entendidos y/o influencias negativas en cualquiera de los oyentes desde el día de hoy y hasta el final de los tiempos.
Cuando hablo de lastimarme, cuando hablo de desvivirme para no morir… son solo metáforas. Nunca en mi vida hice eso, pero he sentido algo similar por momentos. Lo bueno, una vez más, es sublimar esas sensaciones en arte de algún tipo.
Nunca hundirse en ellas y sus profundidades.
Siempre hay gente alrededor a quien pedirle una mano cuando las cosas se ponen feas, oscuras y difíciles. La indiferencia a la que tan acostumbrados estamos no es tal ni es tan fuerte, finalmente. Los humanos venimos a este mundo programados para ayudarnos a sobrevivir y trascender. La sociedad actual nos desprograma en ese aspecto pero las
situaciones límite nos hacen volver a la configuración de origen.
Nunca te lastimes. Nunca te desvivas por nada. Ni por nadie.
Si es necesario, pedí ayuda. Si crees que podes solo, inténtalo.
Pero no frenes. Nunca.
Así vas a conseguir Lo Que Viniste a Buscar. Trabajando en y para vos, siempre.
Y on una pequeña ayuda de tu familia y tus amigos, claro.
Presente y futuro
Hoy L.Q.V.B. está a punto de volar y, si todo va bien, de mantenerse y evolucionar por sí solo.
Eso ya es un triunfo para mí. Lo que venga después dependerá de algunos factores externos pero los internos ya están seteados y configurados.
Lo que más deseo para el futuro es que lo que este disco genere me permita producir y grabar un segundo álbum que ya tengo bastante adelantado.
Es una excelente manera de poner a trabajar muchas cosas que me pasaron y que sublimé en música y letras. Algunas fueron buenas, otras no tanto. Algunas definitivamente malas. Pero es en esa mezcla donde logro concluir que, aunque suene extraño, lo negativo a veces saca a la superficie mucha fuerza, voluntad y potencia en nosotros.
Es verdad que una flor hermosa puede provocarte un hermoso y sentido poema.
También es verdad que la muerte natural de esa flor, verla marchitarse, puede invocar a las musas y lograr un efecto y resultado parecido al anterior.
Pero ver que alguien, cruel y displicentemente, arranca esa flor, la tira al suelo, la pisa y se va; eso puede provocar que el amor por la flor y la bronca por la acción se sumen.
Siempre y cuando uno se atenga al poema resultante, siempre voy a creer que la suma de emociones añade capas al arte final.
Porque no hay nada de artístico en ir a buscar a quien pisoteó la flor. Ni en las multas por arrancar flores, ni en sentencias a plantar nuevas flores en el mismo lugar.
Hay arte en la sublimación de lo vivido.
Lo Que Vine a Buscar tiene que ver con eso.
Antes de terminar
Voy a aprovechar la oportunidad para dejar aquí debajo una estrofa de L.Q.V.B. que era parte de la versión original y no llegó al disco por una excelente decisión de Sebastián Perkal que al principio me costó mucho entender.
Hoy escucho la canción y entiendo que cortar esa otra estrofa era necesario. En aquel momento me resultó muy doloroso excluir estos versos, me acuerdo como si hubiera sido ayer.
Era una manera de concluir el concepto de la canción y quedó afuera porque la tornaba un poco larga. La escucho ahora y, claro, Seba tenía razón. Siento, a la vez, que en algún lado debo incluirla.
Decía:
“Calle, fino y corazón
Y una semilla que se queda esperando
Que no puede estar sin ver
La misma historia una y otra vez
Miro con satisfacción
Como tu mente va entendiendo el mensaje
Tus sentidos sienten bien
Aunque ya pronto cambiarás la piel”
El “cambio de piel” es un fenómeno típico en muchos reptiles, en algunos insectos y en varios crustáceos como los cangrejos, entre otros.
El cambio de piel metafórico es un fenómeno típico en mí. Nunca luego de un período definido, pero sí cada tanto, generalmente luego de algún proceso largo que dejó mucha tela para recortar en la consciencia.
Me recluyo, pienso, medito, analizo, calculo. Todo sucede mientras me encuentro adrede alejado de los demás.
Comenzó a sucederme inconscientemente. Lo entendí con el tiempo.
Cuando uno termina de cocinar algo, es siempre preferible dejarlo reposar antes de consumirlo o presentarlo a los comensales.
Cuando uno termina uno o más procesos o etapas de mucho movimiento y con sustanciosos significados, es siempre preferible alejarse a rumiar la información.
Vamos, que la información no es nada si no sabemos conjugarla de muchas maneras para elegir, finalmente, la mejor y la más apropiada en el contexto.
Lo que uno vino a buscar a este mundo se siente, sí. Pero también se analiza lógicamente.
No se puede ser uno sin ser dos mitades, al menos.
La conjunción de ambas mitades en una sola unidad con resultado sinérgico…
… eso es Lo Que Vine a Buscar!
MM – Diciembre 2023