Aladelta Hard Rock

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ESCUCHANDO «L.Q.V.B. (lo que vine a buscar)»

Cuando recién habíamos cerrado trato con Sebastián para encarar el proyecto Mario Magno, Agosto 2020, una de las primeras cosas que le comenté durante nuestras escasas entrevistas previas fue que había cantado en una banda de Hard Rock casi veinte años atrás, en 2003, con la que habíamos grabado un demo de muy buena calidad en un contexto, técnicamente hablando, absolutamente paupérrimo.

Con micrófonos en palos de escoba y cero experiencia. Luego, con el correr de los días, fue tomando forma la idea de pasar esa grabación vieja por la consola y los ecualizadores y demás chiches de Ecostudio para subirlos a las redes. Por tanto, en una llamada decidimos que le iba a mandar un word con lo que me surgiera contarle de lo que fue aquella hermosa experiencia y los temas. Si sumaba, sumaba. Y si no, al menos nos haría conocernos mejor.

No sé cuál fue, al final. Creo que la última.

Copio y pego aquel texto sin tocarle ni una coma. Los invito a escuchar Aladelta. Los invito a conocer un poco su historia. Pero principalmente, los invito a escuchar esa viola de mi amigo Diego, que lideraba toda aquella movida musical desde un lugar tan chico como Puerto Madryn.

Las imágenes que acompañan y decoran esta sección son las únicas que existen de Aladelta o, al menos, las únicas que nosotros tenemos. Si alguien lee esto y tiene imágenes de la banda tocando o ensayando en aquellos tiempos, puede comunicarse con MM o bien postearlas en la sección Foro & Comunidad.

Hola, Seba

Bueno, vamos con esto. Desde que se me ocurrió la idea, te confieso que los estuve escuchando mucho. Quería, por un lado refrescarlos y a la vez “evaluarlos” antes de enviártelos, y por otro, revisitar la época a propósito en mi mente. Ambos procesos me dejaron con una sensación de satisfacción y ahora sé cómo quiero presentártelos.

Entiendo que al no contar con las pistas separadas, el trabajo que podrías hacer vos sería equiparable a la restauración de una pintura. Es decir, sacarle el polvo, reavivarle los colores, etc… pero la pintura seguiría siendo la misma (esto probablemente me lo puedas aclarar vos en alguna pequeña reunión que tengamos para liquidar los detalles, así lo ponemos a andar y ya encaro los otros contactos porque quiero anotarlos con las regalías que cada uno de los músicos involucrados merece).

Primero pensé en “explicarte” cada tema pero me di cuenta al toque de que eso suma mucho en el proyecto Mario Magno pero aquí no tiene sentido. Después pensé en mandártelos derecho viejo, sin contexto. Y solo confiar en la pintura y el restaurador. Y casi, casi lo hago. Pero luego, como te comentaba, escucharlos y pensarlos me trajo recuerdos que si bien es posible que tampoco terminen afectando al producto final, sí sé bien que un mínimo efecto en tu abordaje tendrán a la hora de tirar magia con las perillas.
Ok, vamos al punto así no se hace tan largo.

Aladelta existió (no voy a ser preciso, no podría) aproximadamente entre finales del 2001 e inicios del 2003. Un año y medio que fue una montaña rusa. Por esas vueltas del destino terminamos coincidiendo en sala propia (el garaje/depósito de la casa del batero) dos músicos con mucho renombre en Puerto Madryn y con un par de giras por la Patagonia (viola y bata), yo, un pibe que cantaba bien y era muy extrovertido pero nunca había cantado en una banda, sino que lo hacía frente al espejo con el cepillo del pelo de micrófono (es la mejor descripción que te puedo dar) y un pibe un par de años menor, fanático de los Guns que nos hizo la gamba tocando el bajo que, como verás, es de lo más plano y sin ribetes.

Me acuerdo de los cuatro en cuero, todos transpirados ensayando tardes y tardes enteras de verano. Para el otoño ya con cinco o seis temas empezamos a buscar fecha para tocar y desde que tocamos por primera vez en vivo en un antro metalero (que se llamaba “La Grúa”), no paramos más. Así y todo recuerdo que ensayábamos dos o tres veces por semana muchas horas, cosa de pendejos al pedo y con ganas. Quizá debiera aclarar que la “muerte” de la banda para el inicio del ciclo lectivo del 2003 la sabíamos todos, ya que tanto el violero como yo nos veníamos a la Plata. Yo terminé haciéndolo un año después.

Entonces para la primavera del 2002 pusimos todo nuestro esfuerzo para plasmar lo que sabíamos que, de no hacerlo, se terminaría perdiendo con el tiempo excepto, quizá, por algunos videos en vivo en… VHS!

Ahora sí, yendo al grano debo comentarte, antes que nada, que este es un disco grabado en una pieza de una casa. Pero no te asustes, si aún no lo escuchaste, porque tanto nosotros como ese pequeño grupo de gente que nos siguió, nos apoyó y disfrutó de esa época coincidimos en que el resultado, como en todo disco a pulmón, superó ampliamente las expectativas y las condiciones en las que lo grabamos de alguna manera le dan un toque especial. (O será que yo lo quiero mucho?)

Ninguno tenía mucha idea de grabar. Creo que lo hicimos con un programa que se llamaba SONAR. Eran tiempos de Fruity Loops, Cakewalk, etc. te acordarás.

Para que te des una idea rápida del nivel artesanal al que lo hicimos, imagínate que los primeros días de grabación sacamos la cama de la habitación de mi amigo, armamos la bata, microfoneamos todo hasta donde nos alcanzaron los micrófonos que habíamos pedido prestados (eran todos diferentes, y dos de ellos – un negrito y un 58 me acuerdo que estaban milimétricamente ubicados encintados al palo de la escoba y al del secador y rogábamos que a la madre de mi amigo no se le diera por barrer o limpiar el piso durante la “sesión” Qué tiempos, Dios mío)
Que no está grabado con metrónomo no va a ser una novedad para vos. Lo que puede quizá llamarte la atención es cómo se guió el batero para grabar las bases de bata en aquellas primeras sesiones.

Me acuerdo que no sabíamos cómo hacer. No podíamos tocar todos juntos. Terminamos recurriendo al marshallito de 1,5 watts, el que parece de juguete, al que el violero conectó la viola, salida de auriculares al batero y grabamos las pistas de bata así, derecho nomás.
A partir de ahí no dejamos dormir la siesta a nadie en el barrio durante un mes o un mes y medio.

Pero eso no fue nada en comparación con lo que nos llevó la mezcla. No teníamos la más mínima experiencia, así que te diría que más allá de los palos de escoba y los micrófonos prestados es el proceso de Prueba & Error el que realmente le otorga su cualidad de artesanal.
Los muchachos de la banda atesoran este demo como yo, y un pequeño grupo de hoy cuarentones que vivieron y nos acompañaron todo ese año y medio (y te aseguro que aún al día de hoy uno que otro se despierta buena onda un sábado en la Patagonia y limpia o cocina escuchando Aladelta)
Lo pasaron casi todas las radios, salimos en un par de fanzines nacionales, los diarios de la zona ni hablar, etc… me acuerdo, como una “promesa patagónica”. The Next Big Thing. Y era irónico porque todos sabíamos que la banda tenía fecha de caducidad.

Todos aquellos ignoran completamente que planeo revivir este disco y sumarlo a plataformas (entre un par de cosas más, pero vamos a ver primero cuánto se puede mejorar el audio y te comentaré, sé que algún buen consejo o punto de vista vas a tener). Se van a poner muy contentos y a alguno que otro se le va a piantar un lagrimón. Entiendo que sea un lugar común entre músicos pero la realidad es que todos, banda y adeptos, nos quedamos siempre con la espina de qué hubiera sido de Aladelta si hubiera podido recorrer su camino como banda unos años más. Nunca lo sabremos. Y está bien que sea así.

(Los dos únicos temas sobre los que debería compartirte unas notas adicionales son “Ella” y “Puerta Azules”. Te los sumo a la lista pero esos pensalos como “a confirmar” que formen parte del disco este. Los otros, TODOS, y en un orden específico que coordinaremos al final de la “restauración”)

ABRAZO!
Mario Magno

Mario Magno

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