L.Q.V.B. Historias

La Sortija en la Rebelión (L.S.R.)

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Objetivamente

Una canción diferente. Con un patrón rítmico repetitivo pero bastante más complejo que lo que parecería en una primera escucha casual.

La distribución final de las partes en la forma de la canción, el bombo en negras y las subidas y bajadas en intensidad lo tornan bastante particular.

Una canción que en su cuasi monotonía rítmica (porque es solo una sensación) esconde mucho significado, sobre todo desde el punto de vista lírico.

Recuerdo haber escrito el noventa por ciento de la letra en menos de media hora. Cuando uno termina de identificar qué es lo que quiere decir parece irreal pero las palabras empiezan a brotar y con enfocarse en canalizar y anotar para recordar uno está cumpliendo su parte del trabajo. No creo haber hecho mucho más que eso mismo a la hora de crear esta canción que con el tiempo se ha convertido en una de las que con más ganas canta la gente allegada a mí, personalmente, y a la banda en general.

Es fácil de cantar, amigable con el ritmo en la punta del pie y levemente agresiva líricamente.

Una declaración de principios sobre un patrón rítmico bien rockero.

Suena enojada, pero tiene que ver más con poner las cartas de uno sobre la mesa que con querer ganarle un partido a un contrincante.

Tiene más de enunciado de principios que de declaración de cualquier tipo de guerra contra algo o alguien.

Particularmente, hubo dos ideas con las que Sebastián Perkal sumó y redondeó lo que ya era un plato casi listo pero que no terminaba de cerrar del todo.

  • Seba nos aconsejó cambiar el ritmo de la batería – que yo siempre había instado a ser acompañante indisimulado del patrón de guitarra – por el bombo en negras. Eso hizo que la canción se deslizara más, que fuera más amigable al oído.

  • También sugirió volver del solo de guitarra y cantar la última estrofa sobre el bombo. Eso le dio un carácter que no había logrado yo antes y que, creo firmemente, no habría podido lograr solo.


Por lo demás, una canción fuerte. Para escuchar con volumen alto. Un tema para conocerse y para quejarse un poco, también.

En definitiva, una canción de rock hecha y derecha.

Subjetivamente

Una de las más queridas para mí. Es un tema que me permite concentrarme en su letra y mantener el ritmo sin mucho esfuerzo a la hora de tocarla y cantarla en vivo, lo que provoca una relajación en la que puedo dar rienda suelta a juegos con la voz, lo que en otros temas me resulta muy difícil por el nivel de dificultad simultáneo en la guitarra, por ejemplo.

Hace tantos años que la canto que, como todo lo conocido, paulatinamente deja de sorprender al que la frecuenta. Sin embargo, al mostrársela a gente que no la conoce o incluso a algunos cercanos que escucharon la versión acústica anteriormente, veo en sus expresiones lo que siempre quise que esta canción provocara. Da ganas de aprenderse la letra para cantarla a tiempo real. Da ganas de gritar algunas líneas. Da ganas de quejarse, por qué no?

Es una canción con la que es fácil identificarse, sino con todas, sí con la mayoría de las estrofas y los versos individuales.

Uno de los aspectos que tuve en cuenta a la hora de adjudicarle un concepto global fue el de dejar en claro que no somos nada. O que sí, somos algo. Polvo de estrellas. Nada de lo que hagamos, por más importante que sea, influenciará al universo para siempre. Y eso, en vez de ser una prisión, es un alivio. Así debe uno tomarlo para que no duela el espíritu.

Por eso el estribillo final repitiendo esa frase.

Por lo demás, una hermosa canción que pre anuncia el corazón del disco para unos temas más adelante.

La Sortija en la Rebelión. Qué orgullo siento de haber compuesto esta canción.

Gracias, universo.

Ya entendí que soy nada y esa es una verdad con la que he aprendido a convivir.

MM – Diciembre 2023

Mario Magno

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