L.Q.V.B. Historias
Me había olvidado del Sol

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De más está aclarar que esta canción sí sale de lo común en L.Q.V.B. Lo Que Vine a Buscar.
Pero somos argentinos, no? Entonces mandale cumbia.
Yo vivía en un décimo piso sobre calle Billinghurst al 400 en Capital. El balcón daba hacia la parte posterior del edificio y contaba con la suerte de que, detrás, había dos estacionamientos de otros dos edificios vecinos de las calles que cortaban mi cuadra.
Por lo tanto, y esto es lo importante, se podía ver el cielo en todo su esplendor. El horizonte con silueta de diminutos edificios lejanos hizo las veces de fondo para muchos, miles, de amaneceres de lo más alucinantes.
Fue en ese balcón, parado y apoyado sobre la baranda mirando el cielo que vi, allá a lo lejos, venir unas nubes.
Eran las únicas que había, al menos en la mitad del cielo que se veía desde mi posición.
En mi mente – en inglés porque generalmente me sucede así – surgió sola la frase “we don´t want no rain ´round here” (sí, con la doble negación tan vapuleada) y enseguida se transformó en “no queremos lluvia por aquí”.
Eso fue todo, en verdad. De allí nació todo.
Esta canción ha sido en mi mente tantas cosas, ya, que no sé si podría enumerarlas todas.
Al principio pensé en hacer una canción infantil (tengo otra, sobre una nena llamada “Estelita” que es un personaje del estilo de Alice in Wonderland pero que en verdad te visita en sueños, muy linda y tierna, espero algún día poder grabarla), luego fue obra de teatro, luego musical infantil… hasta que tomó su forma actual como canción de cumbia.
La letra de las estrofas es puro A.D.B. El estribillo suelo verlo en mi mente a la manera de animales de fábula tipo cartoons (o como les decíamos nosotros antes, tipo “dibujitos animados”)
En las escenas veo al caracol con sus amigos, habitantes de un jardín casero cualquiera, rebelándose ante el clima, ante lo nublado, ante lo gris.
Levantando los colores, la alegría, el entusiasmo. La libertad del afuera vs el ascetismo de lo solitario, del adentro. Las luces y los brillos vs la oscuridad. Y la excusa “me había olvidado del Sol” a manera de explicación de errores, de actitudes incongruentes, de tontos pasos en falso que cuestan, a veces, tanto.
Desde el punto de vista musical, la unión entre las partes A y B (en este caso estrofas y estribillos, básicamente) fue forzada.
Las estrofas empezaron a sucederse unas a las otras y los estribillos empezaron a encontrar cierto nivel de eco entre amigos cuando la cantaba en alguna reunión (qué va! Debe ser la canción más pegadiza que he hecho en mi vida!) pero la unión siempre me resultó un poco brusca.
Ir a Sol sólamente para ir a Do para el estribo. En fin. Una vez que la empezamos a vestir con Seba Perkal, con los recursos percusivos y los mil instrumentos de Nacho y con la extrema destreza (realmente, qué músico, por favor!) de las teclas de Martín Lope Camelo, la canción empezó a tomar esa vida y ese tumbao´ loco que terminó teniendo.
Si bien su esencia siempre fue la misma, al igual que la estructura, el hecho de arreglarla y empezar a escuchar los instrumentos simultáneos… bueno, creo que no podría haber quedado mejor. Necesitaba dejarle lugares limpios, no atosigarla. Y lo logramos.
Es la única canción en la que tengo coristas invitadas (ver créditos y agradecimientos) y la verdad es que el resultado final me enorgullece.
Sumado a los coros de las chicas invitadas, más sobre el final se puede apreciar el aporte de Lucas y León Vera Margherida que son a la vez hijos de amigos, sobrinos y futuros amigos. Son dos gemelos idénticos que desbordan amor, buena onda, disciplina y locuras momentáneas, todo al mismo tiempo.
Los quiero mucho y es el día de hoy que Deise, la mamá, me cuenta que a veces se ponen a cantar el estribillo que les enseñé para la grabación. Me llena el corazón de ternura pensarlos cantando mi canción.
Tengo muchas expectativas de ver si logra sumarse a los típicos títulos que se usan en fiestas a la hora del baile cumbianchero. Ojalá lo haga. Ojalá la gente baile en una pista, en la que sea, cantando el estribillo. Ojalá.
MM – Diciembre de 2023